miércoles, 9 de septiembre de 2009

  • Yo corro por las calles tratando de esquivar las jícamas, entro a la estación del metro, compro un boleto, compro un chocolate. Me subo al metro, vagón 103, tomo asiento junto a un vagabundo que huele a pollo cantones.
  • El corría por las calles tratando de esquivar las jícamas, entro a la estación del metro, compró un boleto, compró un chocolate. Se subió al metro, vagón 103, tomo asiento junto a un vagabundo que olía a pollo cantonés.

  • Correrás por las calles y trataras de esquivar las jícamas, entraras a la estación del metro, compraras un boleto, compraras un chocolate. Te subirás al metro, vagón 103, tomaras asiento junto a un vagabundo que olerá a pollo cantonés.




El hombre que llegaba cinco minutos tarde a todas partes.

Cinco minutos, si no hubiera dormido cinco minutos de más, no hubiera perdido el camión que me llevaría al trabajo.

Trescientos segundos que me hicieron perder mi trabajo. Trescientos segundos que me salvaron la vida.

Si no hubiera llegado tarde, tal vez en este momento seria uno de los pasajeros de aquel camión que se estampo contra el edificio donde trabajaba.

Pero no. Me quede dormido y tuve que pagar un taxi, que por cierto no fue muy barato.

Aire

Aire que viaja.

Aire que recorre el mundo

No solo soy viento, soy algo más.

No tengo peso, solo estoy ahí, estático o en movimiento.